Hace unos días el Presidente de la República Álvaro Uribe Vélez, anunció que el costo de los créditos para la compra de vehículos en Colombia, bajaría entre un 6 y un 10%, de acuerdo al tiempo de financiación.

Esto es cierto, pero cuando en la práctica un ciudadano se acerca a la entidad financiera se encuentra con una situación que no sé si es legal, esa duda nos la podría despejar la Superintendencia Financiera. El animado ciudadano que sueña con un crédito para comprar carro, es recibido por el funcionario del banco que le pide todos los papeles normales, pero…y aquí viene el pero.

-“Si el crédito se le aprueba usted tiene que comprar un seguro de vida, sacar una cuenta corriente y le damos tres tarjetas de crédito” le dice muy amablemente la bonita empleada del banco.-
¿Quéééé? Vocifera en voz alta o mentalmente el ciudadano, asustado de solo pensar lo “carito” que le saldrá cumplir el sueño de tener carro.

Repito, no sé si ésta práctica será legal, pero a mí me parece que es igual a lo sucedido hace unos años cuando hubo escasez de leche. Algunos tenderos vendían la leche si el ciudadano les compraba el pan, de lo contrario no había ni leche ni pan y punto, mejor dicho PARAN PAN PAN.

En estas circunstancias el crédito para la compra de carro en Colombia no baja, en la realidad sube y de paso esclaviza al deudor por varios años de su vida, tiempo durante el cual tendrá que pagar cuotas de manejo y altos intereses por las compras que haga con las mencionadas tarjetas de crédito.

Una práctica, que si es legal, está lejos de ser justa y podría mirarse como un chantaje que convierte los sueños de los colombianos en HORRIBLES PESADILLAS.